Cuando pierdes a alguien o cuando alguien te abandona es como si te faltase algo, una pieza. Es como si de repente a tu precioso jardín le faltase una maceta. Esta maceta es como una persona, puede que haya muchas parecidas, pero ninguna exactamente igual a la que tu tenías. Por tanto ahí queda un hueco, que no se puede rellenar fácilmente. Entonces, lo que tienes que hacer es esperar. Esperar a que alguien te regale una maceta nueva. Esperar a que alguien entre en tu vida. No se trata de remplazar a nadie, porque las personas que de verdad te importan son irreemplazables. Pero al fin y al cabo la vida es así, unos llegan y otros se van.
(MP)
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